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Plan D para responder a la política de Donald Trump contra México*

Actualizado: 20 oct




El motivo del presente ensayo es para ponerlo a su consideración y hacerle llegar a la Presidenta de México, Dra. Claudia Sheibaum, una serie de propuestas desde la sociedad civil en virtud de la problemática actual que enfrenta el país y de que el gobierno de la Claudia Sheibanum anunció el día de hoy su respuesta a la política de Trump de imposición de sanciones a México y Canadá, con imponer medidas de arancelarias a las importaciones provenientes de EUA.

Antes de que se lleven a cabo queremos hacer algunas consideraciones de carácter estratégico a la política de la presidenta, sus implicaciones comerciales en México y sobre la relación bilateral con EUA, así como sus efectos directos en el corto y mediano plazo entre los mexicanos.

Primero, la reacción del gobierno no es la adecuada, porque entra al juego de las represalias contra los EUA, a sabiendas que estamos en condiciones de una relación asimétrica contra la mayor potencia económica y militar del hemisferio y del mundo. Por lo que una guerra arancelaria no sólo destruye el marco del Tratado de Libre Comercio, sino que pone en riesgo la seguridad alimentaria del país, ya que en la balanza comercial dependemos de productos básicos alimentarios de los EUA e imponer impuestos van a provocar una hiperinflación en el mercado local encareciendo los productos importados a los mexicanos de todos los niveles socioeconómicos.   

La propuesta que hacemos desde la sociedad civil, México no debe imponer aranceles a los productos americanos porque el más dañado va a ser el consumidor mexicano, México depende en gran medida de las importaciones de carnes, granos, congelados, lácteos etc. México debe responder a través de los paneles de controversia que marca el T-MEC y disputar las afectaciones en el contexto y tiempos que estos marcan. Tal cual lo hizo EUA en contra de México por la prohibición de importaciones de maíz transgénico, que ganaron los americanos en su totalidad. En ese contexto estamos en condiciones de igualdad jurídica con el vecino del norte y lo que requiere es echar a andar los mecanismos jurídicos y una diplomacia que no desborde al entorno política que es lo que hará perder a México con mayores represalias en lo económico y político. Al contrario, México debe demostrar respetuoso y defensor del marco jurídico del comercial internacional y libre comercio y en su caso recurrir en segunda instancia a los paneles de la Organización Internacional de Comercio (OMC).

Segundo, el gobierno de Trump quiere cambiar las reglas de la política de libre comercio en el entorno internacional por una política proteccionista, por lo que la propuesta es: el gobierno de México debe evitar caer en esa lógica de guerra comercial y al contrario convertirse en líder en la política de libre comercio que tanto beneficios a dado al país, y por otro lado, apoyar con programas de subsidios a los productores y empresarios mexicanos para diversificar a otros mercados donde México tiene tratados comerciales y a reestructurar sus cadenas de proveedores. El daño mayor es a las empresas trasnacionales localizadas en México, mayormente americanas y de otros países, cuyo efecto será reflejado de manera inmediata en el consumidor americano. Y está por verse que las empresas trasnacionales se muden en el corto plazo al vecino país por la estructura y vinculación de las cadenas de valor desde que entró en vigor el TLC en 1994 a la fecha, y también de la estrategia que asuman cada una de las empresas para su negocio en virtud de los elevados costos de la mano de obra en los EUA, que sí se compara con el porcentaje del 25% de tarifas de los EUA, puede resultar todavía más barato producir en México con todo y arancel que en EUA.

Tercero, el gobierno de México debe de asumir la responsabilidad del fracaso del sexenio anterior en materia de tráfico de drogas a los EUA y de la inseguridad que prevalece en el país actualmente, independientemente de la corresponsabilidad de las autoridades americanas en el combate al tráfico y en la distribución de las mismas en territorio americano. En este, orden de ideas México debe cooperar con las autoridades americanas y exigir apoyo en seguridad frente a los cárteles, pero conservando y rechazando pretensiones de injerencia militar americana para defender la soberanía nacional. En este frente, la propuesta es que el gobierno mexicano debe hacer su mejor diplomacia en materia de seguridad para evitar una confrontación política que pueda desembocar en una intervención militar americana en territorio nacional que pretenda combatir o erradicar las actividades de las organizaciones criminales ahora consideradas terroristas por la administración Trump.

Cuarto, la política de aranceles de Trump es el giro de 360 grados de la política americana al libre comercio a una de proteccionismo extremo y de ultranacionalismo que no se había visto en décadas. Las represalias están justificadas a las políticas fallidas y auspiciadas por las autoridades mexicanas, como lo ha sido el tema migratorio donde miles de migrantes de todo el orbe atraviesan el país promovidos por organizaciones traficantes trasnacionales, algunas pseudo organizaciones de derechos humanos, que han contado  la complicidad, omisión o apoyo de las autoridades locales y federal, lo que ha dado pie a la migración masiva, insólita que sólo se ve en países en estados de guerra, lo cual no está ocurriendo en ningún país latinoamericano.

Por lo tanto, la propuesta es que el gobierno mexicano deberá asumir los costos de una política migratoria irresponsable para contener la migración trasnacional, que tuvo como resultado la respuesta del vecino del norte y hacer una verdadera política de contención de la migración ilegal y por otro realizar una diplomacia más audaz para colaborar con el gobierno de Trump en esta materia.

Por otro lado, sí los EUA imponen aranceles a las exportaciones de petróleo mexicanas, como represalia por el tema migratorio y de las drogas, nuestra propuesta es no imponer aranceles a las importaciones de energéticos procedentes de EUA, ya que somos dependientes en materia de gasolina y de gas natural, porque de hacerlo afectaría al consumidor mexicano y a todo el sector productivo. Y de reaccionar contra las tarifas que imponga Donald Trump, hasta podría resultar en una represalia mayor de EUA contra México como dejar de vender productos petrolíferos a México lo que podría poner en grave riesgo la estabilidad de la económica del país y de su desarrollo en el corto plazo.  

Conclusión dado que el gobierno mexicano, sus funcionarios y asesores se ha visto incapaces de prever que era real las amenazas del presidente Donald Trump y de construir una verdadera estrategia adecuada para enfrentar esta situación, lo más conveniente es convencer a la presidenta de México a no tomar decisiones reactivas, incitadas por sus correligionarios en el Congreso de la Unión  y se decida por negociaciones adecuadas que no agraven la situación que se va a enfrentar en el futuro inmediato y de los próximos años, si es que realmente no quiere dañar el bienestar del pueblo mexicano. Por este camino vamos a ganar la partida, importaciones baratas como al presente, exportaciones mexicanas agravadas que va a pagar el consumidor americano y al final y un litigio comercial que vamos a ganar con toda seguridad en paneles internacionales al término de la gestión de Trump, de paso se va a robustecer la estructura de la economía de exportación mexicana hacia otros mercados para dejar de depender de nuestro vecino del norte.


Estas propuestas las pueden encontrar disponibles en video en nuestras redes sociales.


(*) Autor: Alexis Juárez Cao Romero, tiene un posdoctorado en política pública en sector de energía, y tiene varias maestrías en alta dirección y planeación estratégica, estudios sobre estudios de Norteamérica y Estudios de Europa en diferentes instituciones públicas y privadas. Ha sido colaborador de la agencia de información rusa Sputnik, tiene un par de libros, más de treinta artículos sobre diversos temas y ensayos especializados en el sector de energía. Ha sido consejero electoral del estado de Puebla, ocupó diversos cargos directivos en universidades privadas y fungió como director de negocios en el sector de petrolero.





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